lunes, 28 de mayo de 2018

“La vida es periferia”, de Luis Fernández-Galiano

“La arquitectura es centro, la vida es periferia. Asociamos la ciudad europea con los cascos medievales y los ensanches del siglo XIX, pero la mayor parte de la población habita en periferias. El empeño político y social por mejorar la vida cotidiana de la ciudadanía debe tener su núcleo cordial en los extrarradios, porque es en ellos donde se concentran las gentes, en ellos donde las inversiones rinden mejores réditos comunitarios, y en ellos donde la regeneración física del tejido urbano resulta más beneficiosa para la sostenibilidad global. Hace ya un cuarto de siglo, Barcelona se convirtió en un modelo de transformación ciudadana con un lema afortunado: ‘higienizar el centro, monumentalizar la periferia’.” […]

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Impresiones de la sesión


¡Qué tarde de paseo!. Y sí que era un buen paseo, con el que nos estábamos regalando Iñaki -el ponente de la tarde- y yo, en nuestro camino a la última sesión regular del curso de Articularia. En dicha sesión, éste nos tenía que introducir en el artículo, publicado en Arquitectura Viva por Luis Fernández-Galiano, "La vida es periferia". Recordándome cómo iba a ser  su presentación, y adoptando lo que parecía una pose de inspiración, señaló:

- Luis, ya sé cómo voy a comenzar mi ponencia: "no se puede ser más tonto que vosotros, con la tarde tan maravillosa que hace y os empeñáis en estar encerrados en la biblioteca, escuchando las memeces que os voy a contar". Lo mismo es muy fuerte y parece mal.

- A mí me parece estupendo; con este tiempo es un gran disparate encerrarse, contesté.



Pero..., pese a todo ello, seguimos encaminando nuestros pasos a la biblioteca, con el objeto de encontrarnos con nuestros compis de Articularia y, lo bueno, es que cuando llegamos ya había algunos esperando; María preparando su estrategia de intervención, Manuel aprovechando sus últimos minutos de trabajo en el ordenador, Luiso que, aunque anticipó su ausencia, había hecho un hueco en sus cuidados familiares, Alejandro expectante, escudriñando nuestra llegada. Poco a poco se fue complementando el aforo, con llegada de José Angel, José, Antón, Angel... y más tarde, cuando ya habíamos empezado llegó un nuevo compañero, al que todos le dimos la bienvenida, Brian, colombiano de Cali, otro hombre de letras como casi todos nosotros, pero mucho más joven. Lleva poco tiempo en Burgos y la idea de formar parte de un club novedoso como éste le animó a unirse aunque fuese en la última sesión de esta temporada.

Entrando en harina, comenzamos con bastante puntualidad, eso sí aplicando el concepto flexible de puntualidad que caracteriza nuestra tertulia. Y hablando de puntualidad, en esta sesión experimentamos, con bastante éxito según los concurrentes, una nueva modalidad de un reparto más equitativo de las intervenciones, mediante el uso sonoro del cronómetro de un teléfono móvil. El sistema consiste en “lanzar” el "séptimo de caballería" a todo aquel que quería alargar su intervención erudita más allá de los tres minutos; viendo el resultado, quizás debamos ampliar a los cuatro o cinco. Y hablando de innovaciones, alguien apuntó otra cuestión que podemos tener en cuenta para el futuro, se trata de aplicar una rueda inicial de intervención telegráfica sobre la opinión de cada uno sobre artículo, autor y tema. Y al socaire de ello, podemos añadir, ¿y por qué no también una rueda final, también telegráfica, con una breve síntesis de cada uno?. Ahí queda.

En lo referente al discurrir de la sesión, señalar que nuestro estimado ponente, como se recoge en el título, trajo a colación el concepto de "ciudad difusa" en contraposición al de "ciudad compacta" y todo en ello en consideración a un requerimiento hecho por Alejandro. 
En este sentido dejó clara la diferencia: la primera se caracteriza por ser una ciudad dispersa y extensa al estilo de Los Ángeles y la segunda más basada en edificios de gran altura, que se extiende menos en superficie, al estilo de Nueva York. Según Iñaki el autor no intenta definirse sobre la vida en el centro o en la periferia. Galiano habla de abrir el centro y rehabilitar la periferia, de conseguir la sostenibilidad y que las ciudades sean verdes. También resaltó el problema de gentrificación que se da en el centro, y la masiva afluencia de turistas en las grandes ciudades, como es el caso de Barcelona. Otro aspecto que Iñaki quiso destacar fue alternativa campo versus ciudad.

Antes de que César comenzase el turno de intervenciones, Luis quiso llamar la atención sobre el problema de los pisos turísticos, y que está expulsando a los residentes del centro hacia las afueras de la ciudad. César puntualizó que este tipo de pisos deben estar controlados y registrados; deben pasar las inspecciones correspondientes y declarar a Hacienda sus ingresos. Además, César se manifestó en desacuerdo con Iñaki sobre la afirmación de que Galiano no manifiesta una predilección sobre el centro o la ciudad. Está claro que el autor está a favor de promocionar la periferia cuando afirma que “el empeño político y social por mejorar la vida cotidiana de la ciudadanía debe tener su núcleo cordial en los extrarradios”. No está de acuerdo además en la afirmación de que la vida es periferia, en contraposición al centro; esto se puede aplicar más a las periferias europeas, donde los centros de las ciudades se quedan vacíos a partir de las seis y media de la tarde, en contraposición a las ciudades españolas, donde el centro se convierte en zona de convivencia.

Luiso afirmó rotundamente que no estaba de acuerdo con la afirmación del autor de que “la arquitectura es centro y la vida es periferia”; la vida no es periferia. En el urbanismo se ha permitido de todo prevaleciendo más el interés económico de los promotores que el interés general de los residentes; y citó algunos ejemplos al respecto. Para Manuel el concepto de urbanismo es relativo; cuando los políticos buscan sus intereses económicos arruinan las ciudades. Además planteó un interrogante: ¿en base a qué crece la ciudad? Ángel dejó muy clara la idea de que hay que dar vida a los centros de las ciudades y no permitir el acceso de los coches a los mismos. María, por otra parte, reivindicó la idea de la ciudad como polo de atracción; nos recordó además que en Europa la construcción de las ciudades ha sido siempre en función de accidentes geográficos como los ríos, o de importantes monumentos como las catedrales.

Para Alejandro cada ciudad es distinta y son reflejo de lo que fuimos y de lo que somos. Tendríamos que explicar mejor qué tipo de bienestar queremos para la ciudad. Antón tiene claro que la ciudad es algo con vida y que la planificación es muy peligrosa; en este sentido la finalidad de la Ley del suelo es eliminar la especulación. José quiso recordarnos que cuando se llevó a cabo la industrialización, toda la mano de obra se alojó en barrios deprimidos de las ciudades, y planteó a Iñaki la curiosidad de qué ha sido en Burgos del Plan estratégico. José Ángel tiene muy claro que donde hay vida es en los centros de las ciudades. A Brian, el nuevo integrante del club, le parece interesante el punto de vista del autor, más ajustado a las ciudades europeas. Sin embargo, de donde él proviene, Cali, en Colombia, no hay homogeneización de las zonas periféricas y zona centro; las ciudades son más lineales.

Para acabar Iñaki puso como ejemplo de buena planificación en Burgos el caso de Plan Jerez, contraponiendo el caso de Fuentecillas como el extremo contrario; y a su vez, como colofón, César citó al autor del artículo en su discurso de ingreso en la Real Academia de Buenas Artes de San Fernando: “La mitad de la energía del planeta se consume en los edificios, los arquitectos somos responsables”; en referencia al tipo de edificios que están tan de moda, y a los que él denomina “de la exhuberancia energética”.

Como en nuestras tertulias es habitual, el tiempo nos cayó encima. Desde el altavoz, la voz de Lidia nos recordó que la hora de tomar el vino había llegado y, reconociendo lo bueno que nos había aportado la nueva innovación del cronometro para marcar los tiempos, nos encaminamos a La Petenera.

                                                                                                                             Articularia


Luis Fernández-Galiano (Calatayud, 1950-)

Arquitecto, Catedrático de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (ETSAM) y Director de la Revista AV/Arquitectura Viva, así como de la sección de arquitectura en el diario El País.

Crítico visitante en Harvard, Princeton y en el Instituto Berlage, ha ocupado la cátedra Cullinan Professor en la Universidad de Rice. Asimismo, ha sido visiting scholar del Getty Center de Los Ángeles y ha presidido el jurado en la IX Bienal de Arquitectura de Venecia y la XV Bienal de Arquitectura de Chile.

Entre sus libros figuran La quimera moderna, El fuego y la memoria, Spain Builds y Atlas, arquitectura global circa 2000.

Es, como definió Moneo, un arquitecto que no construye. No construye edificios, pero sí ayuda a construir la arquitectura, a pensarla, a dotarla de lo que hoy tanto necesita, análisis y reflexión en constante diálogo con otras disciplinas, porque este del que él escribe y que él enseña no puede ser "un arte ensimismado".

Desde aquí animamos a participar a todo el que quiera dejar sus reflexiones en torno a este artículo

Articularia

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero....q bien estuvo....!!!!
Lo del séptimo de caballería...todo un hallazgo

aldoreon dijo...

Yo creo que el ponente se referiría a que sería de tontos echar la tarde encerrados. Lo digo por el manifiesto respeto que muestra de forma habitual a los miembros del club.
Dicho esto, habrá que dejar de hacer el "indio" en las tertulias, para que no venga el 7º de caballería.
Muy animada la tarde, pero quiero hacer ver la tremenda complejidad de eso que llamamos ciudad y que no deja de ser el cambiante marco de todas nuestras actividades como urbanitas que somos.
Realmente es apasionante, a veces, su génesis pasa a ser de tal impronta que perdura en el tiempo, otras en cambio se han transformado en puntuales acontecimientos y no se parecen a lo que fueron.
Otras adecuan modelos foráneos dando resultados sorprendentes en un mestizaje sui géneris.
Creo que el tema da mucho juego...
Pero será otro el momento de ...¡a jugar!!!!!!!

Anónimo dijo...

Hace algún tiempo un compañero de trabajo publicó un libro que trataba de la ciudad como ser vivo. La lectura del artículo me ha recordado tal hecho y, a la vez, me ha hecho reflexionar sobre la complejidad de las ciudades y de las circunstancias vitales de sus habitantes.
Fernández-Galiano, en su interesante artículo, escribe sobre la ciudad europea, el centro y las periferias, la rehabilitación, y la vivienda y la periferia. Ofrece la dicotomía centro-periferia para explicar unas ideas fuerza que recorren su escrito: la mejora de la vida cotidiana, la necesidad de obtener réditos comunitarios, la regeneración física de la ciudad y la sotenibilidad global que debe acompañar a su acción en ella dadas las distintas crisis que estamos viviendo (climática, energética y termodinámica, especialmente).
No propone la destrucción del retrato de lo que fuimos y somos, especialmente expresado en el centro urbano, sino la protección del patrimonio en él existente, la revitalización, la transformación y la reurbanización, para abrirlo a todo tipo de actividades y a todos los vecinos y visitantes.
Pero las ciudades crecen en sus periferias y, por ello, están necesitadas de planificación técnica y de gestión, de políticas públicas que ahonden en la búsqueda del bienestar de los ciudadanos que en esos lugares viven. Por ello, el desarrollo debe ser sostenible, el espacio debe favorecer la habitabilidad, la trama urbana y la edificabilidad deben favorecer la comunicación y la eficiencia energética, la rehabilitación debe anteponerse a la demolición y a la dispersión de los antiguos residentes.
Estas periferias, que pueden dar un carácter difuso a la ciudad, pobladas de viviendas en muchos casos unifamiliares, deben fomentar la relación y la socialización de sus habitantes, el desarrollo de actividades del sector terciario, las nuevas formas de trabajo, la adecuada movilidad y comunicación con otras zonas de la ciudad, la identidad propia de cada zona, etc., sin olvidar el correcto ordenamiento de la contraurbanización y los principios de sostenibilidad a los que antes me he referido.
Pensemos en nuestra ciudad de Burgos. Seguro que encontramos en el texto aspectos aplicables para la mejora de la realidad o, al menos, para repensar lo que vivimos cada día.
Espero que esta última aportación puede ser útil y espero que así sea.
Saludos de uno de esos "indios".
Alejandro.

luismi dijo...

LLega a mis oídos un rumor de la posibilidad sobre un vino y unos pinchos al terminar el grandioso evento del día 5 en la "Petenera" (9 h). Confirmaciones en Whassap (preguntar por Maria).
El puto jefe.

aldoreon dijo...

Siempre con atinada mano que mueve la pluma, Alejandro has hecho una sinopsis excelsa del artículo.
Sobre la última reflexión sobre nuestro Burgos, a mi me parece que el peso de la idiosincrasia del burgalés es una verdadera losa que impide regeneraciones o quizás cambios de calado, para posibilitar meras operaciones puntuales de escasa ambición. Y es que al fin y al cabo, aunque parezca mentira el peso del ciudadano marca el devenir de la ciudad en la mayoría de los casos, y quedamos retratados en nuestras ciudades, a veces, muy a pesar nuestro.
Muy agradable es vino y pincho de ayer en una más agradable compañía.
Bravo por los artífices.

aldoreon dijo...

Ese vino de ayer...