A todos esos millones de inmigrantes afroasiáticos, de religión islámica (…) no les importan lo más mínimo los principios en los que se basan la democracia, la pluralidad ideológica, la tolerancia religiosa y el respeto a la persona. Y no les importan lo más mínimo porque sencillamente no los conocen, no los comparten y los menosprecian. (…) Éste es el pequeño detalle que nuestros políticos han pasado por alto. Pero sus graves consecuencias no tardarán en manifestarse”.
Jesús Laínz (Santander, 1965-)
Abogado y empresario, es autor de varios libros, dedicados fundamentalmente al problema separatista, que han cosechado un notable éxito de crítica y lectores. Sobre “Adiós, España. Verdad y mentira de los nacionalismos” (Encuentro, 2004) afirmó su prologuista Stanley G. Payne que se trata del «más completo compendio crítico o guía sobre la mayoría de estos problemas que haya aparecido nunca en un solo libro» y José María Carrascal que «resume, como ningún libro de cuantos hasta ahora han caído en mis manos, la verdad y la mentira de los nacionalismos».
“Desde Santurce a Bizancio. El poder nacionalizador de las palabras” (Encuentro 2011), dedicado a desentrañar la ingeniería lingüística desplegada tanto en España como en otros países europeos, fue definido por Amando de Miguel como «la crónica despiadada, inflamatoria y cáustica de hasta qué extremos de estolidez pueden llegar los delirios nacionalistas». Otros títulos, siempre en Encuentro, son “La Nación falsificada” (2006), ameno repaso del papel de los catalanes y los vascos en la construcción de España, y las recopilaciones de artículos “España desquiciada” (2007) y “Escritos reaccionarios” (2008).
El autor, Jesús Laínz
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Texto completo del artículoImpresiones
Nos llamaron
con tiempo Emilia y Luis para decirnos que no podían presentar la 11ª sesión,
por el fallecimiento de un familiar -desde Articularia mandamos nuestras
condolencias-; a la vez nos aportaron una decisiva base documental para el
debate, centrada en la relación de la dinámica de la población entre países
desarrollados y aquellos en vías de desarrollo.
Pese a las
bajas previstas, nos juntamos un nutrido grupo de tertulianos, que asistió a la
vuelta de Maria -de Málaga- e Ignacio -de Tenerife-. Iñaki se encargó de la
sustitución, haciendo una presentación tanto del autor, Jesús Laínz, como del
artículo, "El detalle pasado por alto" y perfilando las líneas del
debate, resaltando de ellas esa dialéctica
de la dinámica poblacional perversa (población autóctona estancada y la
inmigrante con alto crecimiento), en la que se centra el artículo y que sirve
para que su autor pueda reseñar afirmaciones como esta: "... Cuando,...
Europa se haya convertido... en un espacio en el que convivirá una envejecida
población perteneciente a la tradición occidental excristiana... levemente
militante... con una... más joven perteneciente a la tradición orienta islámica
y ferviente... veremos en qué quedan la democracia, la pluralidad ideológica,
la tolerancia religiosa y el respeto a la persona", principios estos que,
tal y como señala Laínz, son los que han permitido la emigración y asentamiento
de la mencionada "joven" población.
Estos
postulados fueron respaldados por la generalidad de los tertulianos, pero
destacaron en esa defensa Luiso y Maria, sobre todo ella, que aportó nuevos
bríos traídos de las tierras malagueñas. Algún comentario volvió a señalar lo
importante que es que toda generalización no es razonable y sí injusta;
considerando que dentro del área musulmana existen muchas diferencias como
dentro de la esfera occidental -"cristiana"- y que en ese ámbito no
todos son islamistas y mucho menos radicales.
No obstante,
a modo de paulatina amenaza, se vio en el envejecimiento de la población
europea una puerta abierta para ese proceso de invasión cultural.
Y, desde el
altavoz, Javi nos dijo que nos había llegado la hora.
Os animamos a aportar vuestras opiniones sobre el artículo
Articularia
4 comentarios:
Me gustaría iniciar este debate con una apreciación que, aunque tópica, siempre es necesario tener en gran consideración; es aquella que nos viene a recordar que todas las generalizaciones limitan nuestra visión a la hora de enfrentar en profundidad cualquier tema. Así, seguramente, en el tema del "sentimiento de inavasión" que puede tener mucha gente en Europa occidental, ante la fuerte migración musulmana, mi punto de vista es que, en el amplisimo ámbito musulmán, de miles de millones de seres humanos, ni todos los musulmanes son islamistas, ni, mucho menos, todos los musulmanes son islamistas radicales.
Acertada apreciación a la que me sumo. Incidiría, a mayores, en algo que ya dije, que es que, no conociendo el devenir de los tiempos futuros, si creo que lo mejor será, hacer el esfuerzo de reconducir la situación, hacia lo razonable, a pesar de que en nuestro alrededor, se enarbolen banderas belicistas a uno y otro lado. Eso si, sin caer en la "tolerancia excesiva" (entiéndase este aspecto como símil de la educación de un niño, a veces no ayuda ser contemplativo, hay que ponerse serios), Creo que va a ser fundamental encontrar el cómo hacerlo, pero deberíamos crear muchos puentes de diálogo entre culturas, seguramente hasta la extenuación, deberemos dialogar y dialogar. Por favor, no más violencia. YA BASTA.
Es una realidad que la mayoría de los musulmanes que viven en países occidentales no son fundamentalistas, y de hecho no hay conflictos de convivencia con el resto de ciudadanos de otras culturas. Sí que es cierto que el tono empleado en el artículo es alarmista pero no por ello deberíamos dejar de reflexionar sobre el punto central de lo que manifiesta el autor, y que es precisamente causa de preocupación en muchos ciudadanos hoy en día: la posibilidad de que se formen partidos cuyos postulados políticos tengan como base el Corán, y que con un suficiente número de escaños puedan llegar a aprobar leyes dictaminadas con los fundamentos de esta religión; como pasa en la mayoría de los países árabes.
Nos ha costado mucho separar Iglesia – Estado y sería un paso atrás en cómo entendemos la democracia en la Europa occidental. En este asunto tan delicado, como en tantos otros, habría que dejar de lado el “buenismo” imperante y lo políticamente correcto, y desde el respecto ser cautos para no retroceder en lo que nos ha costado tanto conseguir. A este respecto es interesante la lectura del libro titulado “Sumisión”, de Michael Houellebecq, una trama ambientada en la Francia de 2022.
Me parece muy sensata tu aportación César, en lo referente sobre todo a la necesidad de reforzar el estado laico que ha servido de paradigma de las más avanzadas democracias de la Europa occidental.
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