“… Sí, el separatismo se incuba
y se fomenta en la Corte. En la Corte y no precisamente en Madrid; Madrid es
una de tantas regiones españolas que sufre la opresión corruptora de la Corte.
Y un día se alzará el madrileñismo contra el cortesanismo. La Corte, el
asiento de las pobres oligarquías turnantes, la sórdida covachuela de la España
oficial, esa es la separatista. El separatismo es cortesano. Son los burelles, son todos los serviles cortesanos
los separatistas. El separatismo es oficial en España… ”
Presentación del artículo a cargo de Manuel, miembro de Articularia
“Me
preparé por lo menos las bases de la reunión de la nación española y la
catalana ya que Cataluña [sic] ha de acabar, y muy pronto, por separarse del
todo del Reino de España y constituirse en Estado absolutamente independiente”,
se lee en veloz caligrafía que Miguel de Unamuno (1864-1936) tiró sobre las
cuartillas amarillentas la Nochebuena de 1918, destinadas a su amigo Manuel
Azaña (1880-1940). [Peio H. Riaño.-
http://www.publico.es/ 02/02/2016]
«De Madrid acá, en un frigidísimo vagón de la Compañía MZA, consumimos,
amodorrados, los momentos durante los que unos cuantos provincianos de la villa
y corte consumirían unas uvas simbólicas en la Puerta del Sol, frente al
ministerio de la Desgobernación de este inestable Estado...» Así describió en
las páginas de El Mercantil Valenciano (EMV) Miguel de Unamuno (1864-1936) su
viaje en tren a Valencia en la Nochevieja de 1918. El entonces columnista de
referencia de la cabecera histórica de Levante-EMV, donde público en primera
página 308 artículos de opinión desde 1917 hasta que en 1924 el dictador Primo
de Rivera le desterró a Canarias, llegó al «Cap i casal» con parte de su
familia para asistir a la boda de su primogénito, Fernando, con la joven María
Rincón de Arellano, hija de un notario de la ciudad.
El catedrático aprovechó su estancia de cinco días a orillas del
Mediterráneo para impartir, en la noche del sábado 4 de enero, una conferencia
en el Ateneo Mercantil de Valencia contra el independentismo catalán y la imposición
en Cataluña de la enseñanza íntegra en esa lengua. La multitud que llenó el
auditorio coronó su palabras con una ovación «estruendosa y memorable que se
prolongó durante varios minutos», según el relato de El Mercantil Valenciano. [Rafael Montaner.- http://www.levante-emv.com/
02/02/2016].
Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de 1864-Salamanca, 31 de diciembre de 1936).
Fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios
como novela, ensayo, teatro y poesía. Fue, asimismo, diputado en
las Cortes republicanas de 1931 a 1933 por Salamanca. Fue
nombrado rector de la Universidad de Salamanca tres veces; la primera vez en 1900 y la última, de 1931 hasta su
destitución, el 22 de octubre de 1936, por orden de Franco.
El primero de los libros fue en realidad un conjunto de cinco ensayos en
torno al "alma castellana", en los que opuso al tradicionalismo la
"búsqueda de la tradición eterna del presente", y defendió el
concepto de "intrahistoria" latente en el seno del pueblo frente al
concepto oficial de historia. Según propuso entonces, la solución de muchos de
los males que aquejaban a España era su "europeización". Sin embargo,
estas obras no parecían abarcar, desde su punto de vista, aspectos íntimos que
formaban parte de la realidad vivencial. De aquí que literaturizase su
pensamiento primero a través de un importante ensayo sobre dos personajes clave
de la literatura universal en la Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que, por otra parte
y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en libros
anteriores, proponía "españolizar Europa".
Al mismo tiempo,
apuntó que la relación entre ambos personajes cervantinos simbolizaba la
tensión existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la
unidad de la vida y la común aspiración a la inmortalidad. El siguiente paso fue la literaturización de su
experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación
individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo
individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el
intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración
moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus
obsesiones del hombre como individuo. "Hablo de mí porque es el hombre que
tengo más cerca."
La Publicidad 03/08/1917
Articularia
Empezamos la sesión un tanto
apesadumbrados por las numerosas ausencias –justificadas, eso si-, pero pronto
nos vinimos arriba al llegar a la decena y la reincorporación de un nuevo
tertuliano. Tras la presentación a cargo de Manuel y como el artículo daba
mucho de sí, nos volvimos a ir por los cerros de Úbeda y en vez de diseccionar
“La cuestión catalana” entramos de lleno en apuntar aspectos de la polémica
vida y trayectoria de Unamuno. Pese a todo, si resaltamos, sobre el tema que
nos ocupaba, la mucha similitud que presenta el mismo con la situación que
vivimos en la actualidad.
También dejamos abierto un tema
polémico que podemos continuar en el Blog de la biblioteca y es el de, qué proceso,
desde el punto de vista de las “nacionalidades” se pudiera haber abierto en
este país, si en la transición no se hubiera seguido la política de “café para
todos”.
4 comentarios:
Creo que si sólo se hubiera concedido la autonomía a las denominadas “nacionalidades”, como dice la Constitución, diferenciándolas de las “regiones” (“reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones”, art. 2 del tít. preliminar de la Constitución), esas autonomías hubieran acentuado más sus diferencias con respecto al resto de España y profundizando más en el adoctrinamiento nacionalista, al verse diferentes al resto del país. Sólo hubiera sido aconsejable no dar “café para todos” si a esas privilegiadas comunidades autónomas no se las hubiera transferido las competencias de educación, justicia y sanidad.
Como todo esto es opinable, pero tal como está evolucionando la tensión territorial una cosa está clara: algo estamos haciendo mal.
Creo que este es un debate interesante y serio, que incluso podría servir de punto de partida para desencallar el problema autonómico, no cabe duda que es difícil poder ver en situación de igualdad, desde el punto autonómico -y sin menospreciar ninguna-, Cataluña con Santander, por poner un ejemplo.
Saludos
Me parece que el café para todos es mejor que el café para pocos.
Las autonomías históricas seguirían demandando más derechos y el resto se sentirían más agraviadas por no tener autonomía.
Pues yo creo que un café que ha durado más de treinta años fue un buen café, durante estos años, lo que pasa es que "todo cambia" como decía Julio Nummhauser. Estamos abocados a reflexionar sobre lo sucedido, lo que ha cambiado y cómo, para poder seguir adelante, lo que no sé es si juntos o separados.
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