jueves, 7 de abril de 2016

“Job” de Joseph Roth

Tiene Roth una extraordinaria capacidad para convocar un ambiente o una situación con cuatro trazos. Un ejemplo: "Una tarde de finales de verano, un forastero entró en la casa de Mendel Singer (...). Las moscas, silenciosas, negras y satisfechas, se pegaban a las paredes ardientes y soleadas, y la salmodia de los alumnos fluía desde la casa hacia la blanca callejuela". Tiene en la rapidez y concentración con que despliega su escritura un máximo efecto de expresividad. Un ejemplo: "Con un claro relámpago el sol golpeó en la ventana, dio en el reluciente samovar de hojalata y lo encendió, convirtiéndolo en un espejo convexo. Así empezó el día". Y tiene una notable habilidad para encabalgar frases cortas y construir transiciones descriptivas entre las escenas intimistas, por ejemplo, la visión de la América de ensueño en la mente del protagonista que hallamos en la página 140 y la visión de la realidad de pobreza del barrio humilde judío americano en la página contigua.

Joseph Roth (Austria, 1894- París, 1939)

Nació el 2 de septiembre de 1894 en Volinia, en el imperio Austro-húngaro (hoy Ucrania) de padres judíos. Estudió en las Universidades de Lemberg y Viena. Participó en la I Guerra Mundial, principalmente como periodista. Acabada la guerra viajó por toda Europa debido a su profesión. En 1932 publica La marcha Radetzky, su novela más aclamada, en la que describe a una familia en los años finales del imperio Austro-húngaro. En 1933 se exilió en Francia huyendo del nazismo, su familia pereció en un campo de concentración.
Murió en París el 27 de mayo de 1939 de un colapso mientras hablaba con los amigos en su mesa habitual del Café Tournon, en París.

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