sábado, 25 de octubre de 2014

"Vacas, cerdos, guerras y brujas" de Marvin Harris


Este libro que leemos es un ameno estudio antropológico y científico que aspira a una mejor comprensión de las causas de los estilos de vida, algunos de ellos aparentemente irracionales e inexplicables. 
El autor aborda esta misión con cautela y erudición,  derribando verdades que creíamos incontrovertibles, incluso desmitificando muchos estudios antropológicos de campo por su falta de objetividad científica.

Sin duda, Harris ha elegido deliberadamente casos raros y controvertidos que parecen enigmas irresolubles. Casos tan curiosos que invitan al lector a devorar las páginas, a pesar de que estemos hablando de un ensayo de antropología que profundiza en los motivos poco claros que han llevado a las gentes de todos los rincones del mundo a desarrollar costumbres y estilos de vida aparentemente excéntricos.
Aunque Marvin Harris tuvo detractores a sus planteamientos, sus estudios fueron amplios aportes a la teoría antropológica contemporánea. Criticado por muchos, admirados por otros, aportó elementos de análisis en el complejo campo de la antropología teórica.


Marvin Harris  (Nueva York, 1927- Gainesville, Florida, 2001)

Fue profesor de Antropología en la Universidad de Columbia y en la de Florida. Principal representante y formulador de la teoría del materialismo cultural, que sostiene que la investigación antropológica ha de centrarse prioritariamente en el estudios de las condiciones materiales de la vida sociocultural.

Expuso sus teorías científicas del determinismo tecnológico y tecno económico en libros como El desarrollo de la teoría antropológica (1968), una historia de las teorías de la cultura, que llegó a ser libro de texto de la disciplina.

Es considerado un generalista, que tenía interés por los procesos globales que intervienen en los orígenes del ser humano y la evolución de las culturas humanas.
Realizó trabajo de campo en Brasil, Ecuador, Mozambique e India.
Escribió también libros como Caníbales y reyes, Bueno para comer o Vacas, cerdos, guerras y brujas.

1 comentario:

Toni Santillán dijo...

MH publicó su libro en 1974, demasiado distante en un tiempo en que la metodología se ha afinado tanto, estrechando los límites de lo que se considera disciplina científica, más teniendo en cuenta la falta de un paradigma que unifique la antropología. Rigor científico que MH pedía pero no muchos de los actuales etnólogos que se conforman con que la antropología se considere un difuso saber humanístico. Se han criticado sus análisis por privilegiar una explicación –la adaptación ecológica- sobre otras, así como la imprecisa definición de conceptos como adaptación o eficiencia energética o que diera el protagonismo al ecosistema o al grupo por encima del individuo, cuando la selección natural opera sobre éste y no sobre aquellos. Pero MH abrió la mente de una generación, mostrando posibilidades que se nos escapan por encima de lo que parece evidente. Si MH viviera estoy seguro de que aceptaría las críticas que se han hecho de sus estudios, porque, frente a la antropología posmoderna y al multiculturalismo, establecía una relación estrecha entre el conocimiento objetivo y cierto y los valores morales.