lunes, 30 de diciembre de 2019

“El ruedo”, de Ignacio Ruiz-Quintano – Luiso Orte y "El mundo de los toros”


Fragmento del artículo “El ruedo”:
“La derecha gobernadora es una derecha Poincaré, el polímata francés recordado por decir que, si el mundo y todo lo que hay en él se encogiese una noche en la misma proporción, no lo advertiría nadie. La derecha madrileña está ahora en la cosa de hacerle un Poincaré al ruedo de Las Ventas. ¿Para qué? Unos dicen que para ampliar el callejón, en previsión de que el sanchismo cani dispare el número de gorrones. Otros dicen que para ajustar el escenario a las medidas de María Soraya en sus mítines de lideresa pinypón. Y la versión oficial es que lo han pedido las figuras que serían Enrique Ponce…”


Fragmento del artículo “El mundo de los toros”:
Si el torero aspira a ser lo que de él se espera, tiene que ser único en ese momento de dificultad. Y su faena torera, tiene que ser afán y ambición, esfuerzo y logro, y hacer de ese momento, un momento único, que haga recordar como autor único a quien lo ha hecho posible. Ser el mejor ante lo imprevisto es lo que destaca de los buenos toreros a los auténticos maestros.

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Impresiones sobre el debate
Eran las siete en punto de la tarde en los relojes de la Fundación Caja Círculo, bueno a lo mejor pasaban algunos minutos más de esa hora, cuando el gran maestro Luiso Orte, más conocido como el “niño del temple” iniciaba su gran tarde de gloria. Debía afrontar la gran tarea de auscultar los entresijos de la fiesta desde sus excelsas cualidades de artista y orador


Con una más que apreciable entrada en las gradas de la plaza se inició el festejo, en el que fueron desfilando los toros con grandes dosis de bravura, las limitaciones impuestas por las puyas de los picadores, las arremetidas de los picadores y las faenas artísticas de los matadores en busca de los máximos trofeos.


Con grandes dosis de maestría, el maestro fue enfrentado los contratiempos. Señaló cómo en la fiesta además del valor y el trapío se dan grandes dosis de estilo artístico, de plante elegante y de desplante voluntarioso.

Supo capear, igualmente las embestidas desde los tendidos, haciendo valer la importancia histórica de un festejo ceremonial y ritual y estrechamente vinculado al discurrir de un pueblo que ha desarrollado su devenir en un territorio conocido como “la piel de toro”. Trató de manera magistral todos los aspectos del mundo del toro: su origen y evolución, el porqué de la vestimenta, el encandilamiento del toreo al público, el valor del torero, el miedo, y la cara y cruz de la faena, esto es, salir airoso del trance o acabar en la enfermería.

De la misma manera, supo hacer un buen quite a algún que otro espontáneo que, con ánimo de progresismo, venía a salvar la vida de estos animales tan maltratados: “el toro es un ser vivo y sufre, pasa miedo; se ha analizado la sangre de un toro y se han encontrado rasgos de estrés”. A este respecto,  alguno de los asistentes quiso hacer hincapié en el valor de la sangre: “cuando se ha perdido la simbología se pierde el sentido del toro”.

Y, siendo más allá de las nueve, terminado el acto y recogidos los trofeos, salimos a degustar el ágape que nos habían preparado en los alrededores de coso taurino...

Ignacio Ruiz-Quintano

En la nómina de ABC desde 1996, incluso con épocas anteriores de colaboración en este diario, Ignacio Ruiz Quintano ha escrito en casi todas las secciones del rotativo, por lo que, además de calidad, le avala el oficio adquirido con la buena práctica. 


De sus escritos se aprende y, si fuéramos mejores alumnos, las lecciones serían incluso magistrales. Detrás de muchas de sus frases se notan muchas lecturas bien escogidas, marginales por eruditas, pertinentes con lo que trata, o alejadas pero maravillosamente engarzadas con el hilo argumental del artículo que leemos.




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2 comentarios:

Anónimo dijo...


“Finalmente el toreo es un destello, por lo fugaz;
una metáfora del esfuerzo humano , por enfrentar
y remontar las dificultades y adversidades, por Celebrar
la vida recordando que la proximidad de la muerte nos reta
 a utilizar  mejor el poco tiempo que nos queda, y nos impele
 a trascender la existencia forjando con belleza nuestras obras,
 que deben ser filigranas del ingenio humano”
Juan Carpio Muñoz – Director del INC, 1996.

Anónimo dijo...

Tras escuchar las diferentes intervenciones, creo que se ha relegado el simbolismo del encuentro de un animal totémico con un hombre, un artista, en una lucha que nos lleva a los tiempos de Teseo y el Minotauro, y que es reflejo de los retos cruciales de nuestras vidas, en aras de un realismo conceptual que ha despojado de lo tradicional, lo racial y los valores a una fiesta especialmente nacida en el ámbito del mundo Mediterráneo.
Debemos dar sentido a lo que en la fiesta se celebra, para conocerla en profundidad y, en consecuencia, amarla,
En el comentario anterior he recogido un texto pleno de belleza y de sabiduría taurina. Espero que sirva para reconocer la razón del toreo.

Alejandro.