viernes, 2 de febrero de 2018

“La derrota del sindicalismo”, de Chema Berro

“El sindicalismo ha jugado un papel central en la consecución del estado de bienestar y en el acceso de las clases trabajadoras de los países desarrollados a la sociedad de consumo. Son logros importantes pero dentro de unos objetivos no concluidos  y, a la postre, derrotados. Hoy el papel del sindicalismo es escaso y no significativo.
Si  nos remontamos a los periodos rugientes del sindicalismo, aun sin idealizaciones, éste puede ser admirado como un movimiento valioso, tanto en capacidad de conseguir mejoras inmediatas, como en cuanto capaz de aunar y hacer efectivas voluntades y aspiraciones de cambio social. Pero no es menos cierto que el sindicalismo actual nada tiene que ver con lo que fue. Sería suficiente remontarse a los últimos cuarenta años de nuestra última etapa de libertad, todo lo relativa que se quiera" [...]


librepensamiento.org

Impresiones de la sesión

Qué alegría me dio ver a José a eso de las siete de la tarde en la biblioteca. Ahora ya sabía que esta vez no nos iba hacer un “puigdemont”. Pese a las bajas conocidas poco antes de la hora de inicio éramos ya casi una docena de tertulianos. Incluso a esa hora estaba ya presente uno –el otro declinó su asistencia por imperativos laborales- de los invitados a la sesión, Néstor Cerezo, Secretario de Organización y Asesor Jurídico de la CGT. 



José fue el encargado de la presentación del artículo a debate, “La derrota del sindicalismo” de Chema Berro, publicado en la revista “Libre pensamiento” nº 72 (21/06/2012), resaltando los cuatro aspectos que cambian históricamente la lucha obrera y sindical en nuestro país: la libertad sindical tras el franquismo, la crisis del petróleo y los proceso de reconversión industrial, el fuerte despegue económico, que fomenta la sociedad de consumo en nuestro país y, por último, la globalización y su principal elemento coercitivo “la deslocalización”.

Estos cuatro elementos marcan la evolución de la lucha obrera en España, de un momento inicial de enfrentamiento radical y solidario en los años 70, se llega a un momento final con un movimiento obrero desmovilizado y sumiso, situación creada merced al papel desarrollado por el modelo sindical empleado, en el que los sindicatos pasan a formar parte institucional del sistema (elecciones y delegados sindicales, liberados, horas sindicales, cursos, subvenciones, participaciones institucionales –Cajas de Ahorro, Consejos...- etc…).

Seguramente podríamos situar el punto de inflexión de este proceso en los famosos “Pactos de la Moncloa”. Y el mismo viene a justificar el título del artículo, que se ve de manera evidente, tal y como reconoce el autor al final del mismo, al señalar que “que el capitalismo le plantea una declaración de guerra a través del desencadenamiento de la actual crisis”, exigiéndole “dar el breve paso del consenso a la sumisión”.

Tal desafío según el autor y siguiendo la introducción de José, sólo se puede afrontar desde una descomunal e improbable reacción social y “mucho más improbable todavía es que esa reacción social pueda provenir del impulso de una organizaciones sindicales demasiado atrapadas por sus elementos de rutina y pesantez”. 


Néstor, nuestro invitado, a petición del coordinador nos hizo una reseña biográfica del autor y comentó al artículo como muy de acorde con la realidad pero con un enfoque demasiado pesimista. El resto de los tertulianos veníamos a coincidir que los sindicatos, sobre todo los mayoritarios, estaban tan implicados institucionalmente con el sistema que difícilmente podrían defender su propia organización sindical y a su afiliación, quedándole muy lejos, por tanto, la defensa de los intereses del conjunto de la clase obrera (trabajadores y parados).

María hizo un aparte, sin obtener mucho apoyo en el resto, criticando la falta de comprensión hacia los empresarios a los que, según ella, se les presiona demasiado al señalarlos como los obligados socialmente a crear empleo. Alejandro inició su intervención “internacionalizando el conflicto -el tema-”, pero al ver que se nos avecinaba una intervención larga, decidimos entre todos continuar el tema el martes 13 de febrero que en principio habíamos dejado como vacacional. Eran las nueve cuando retomamos a propuesta del vino solidario.



A r t i c u l a r i a

Chema Berro (1950-)

Trabajó en los grupos de la editorial ZYX y en el grupo Liberación. En 1978 entró en la CNT, en la que ocupó el cargo de Secretario de Prensa. Desde hace años participa en la CGT, es director de su revista Libre Pensamiento y miembro activo, en Pamplona, del movimiento por el decrecimiento “Dale Vuelta-Bira Beste Aldera

Chema Berro tiene unas cuantas cosas claras. Y una de ellas es que las cosas no pueden seguir por el mismo camino. Que las recetas económicas basadas en una mayor productividad, en un incremento continuo del consumo y de la producción, únicamente conducen al colapso del sistema.

Hace año y medio que comenzó a reducir su jornada como un modo de repartir el empleo, y a finales de 2012 le comunicaron la apertura un expediente desde la dirección de Osasunbidea por negarse a cumplir con el incremento de la jornada impuesto desde el Gobierno foral. “Yo defiendo el reparto del trabajo como un modo de reducir el paro. Trabajar menos horas, ganar menos y vivir mejor con menos”, explica este veterano militante de la CGT, que trabaja como auxiliar administrativo en el Centro de Salud de San Jorge. Berro es uno de los impulsores en Navarra de un colectivo que trata de modificar algunos fundamentos esenciales. En el otoño de 2011 comenzó a solicitar reducciones de jornada y salario de un mes cada cinco.



Animamos a participar a todo el que quiera dejar sus comentarios sobre este tema

Articularia

5 comentarios:

luismi dijo...

Quería empezar los comentarios de la Sesión resaltando dos aspectos sobre la dinámica y el funcionamiento del Club.
El primero es agradecer a Nestor Cerezo su participación en el mismo. Mediante su sólida experiencia nos iluminó muchos de los aspectos del tema sindical.
La segunda es reconocer lo fácil -cada sesión más- que se me hace llevar la coordinación, gracias al rodaje que estamos adquiriendo en nuestros debates. No se si os fijasteis, pero en esta última Sesión, "todos" fuimos mucho menos impulsivos en nuestras intervenciones.

aldoreon dijo...

Hola a todos, no estoy muy ducho en el tema sindical, es lo primero que debo reconocer.
Mis primeros contactos fueron de niño vivir las revueltas obreras en el País Vasco en los tiempos franquistas que se dirimían con ráfagas de metralleta o a golpe de disparo aislado en el mejor de los casos. Recuerdo horrorizado todos esos momentos, y tengo muy fijada la imagen de la ventana del primer piso de la casa familiar en pleno casco de Sestao, al que estaba asomado, hasta que una muy agitada madre (la mía) apareció para retirarme prudentemente de allí.
Como tenemos cita el próximo día 13, pues ya haré los comentarios oportunos. Mientras tanto saludos.

Anónimo dijo...

Coincido con lo expresado por el autor. En el mundo sindical, hemos pasado de la asamblea y las coordinadoras a un conjunto de sindicatos caracterizados por ser organizaciones representativas con estrictas normas y regulaciones normativas, que los han convertido en instrumentos que ya no lideran la lucha obrera autónoma y autosuficiente.
El capitalismo, la globalización y sus consecuencias dificultan la lucha sindical obrera y le restan eficacia, tanto en el país como en el ámbito internacional. El poder de las corporaciones y de las multinacionales, y el desarrollo normativo promovido por los gobiernos, hacen que sea necesaria una transnacionalización, una europeización en nuestro caso, de los asuntos que afectan a los empresarios, a los trabajadores y a las relaciones laborales. Hay que activar la acción concertada de sindicatos nacionales en estructuras que tengan capacidad para enfrentarse con emplesas globales y con legislaciones ultraliberales. El fin serís favorecer la cooperación sindical, la acción conjunta y unitaria, y la oposición a toda política renacionalizadora, que supone peores condiciones de trabajo y menores derechos para los asalariados.
La CES (Confederación Europea de Sindicatos) y el CEEU (Comité de Empresas Europeas) deben colaborar y ayudar a terminar con los efectos negativos de la globalización financiera y tecnológica sin reglas, con el fin de hacer de la sociedad un ámbito menos desigual, más desarrollado y democrático.
Alejandro.

Anónimo dijo...

Chema Berro nos habla en su artículo de las crisis y de la utilidad de los sindicatos en ellas, a la vez que critica el olvido sindical de bolsas de trabajadores en paro o que buscan su primer empleo o que lo tienen en condiciones extremadamente precarias. Si los sindicatos quieren ganar peso entre los trabajadores y en la sociedad, además de tener más presencia en los centros de trabajo y en los medios de comunicación de masas, y de hacer discursos descriptivos, deben ofrecer alternativas a los efectos negativos de la actual globalización sin reglas. Tienen que señalar a los culpables de la falta de rentas y beneficios adecuados para los trabajadores. Deben avanzar hacia una amplia y efectiva unidad, que sea alternativa a la situación política, social y económica actual, para cambiar el actual marco de globalización proponiendo cambios adaptables a las situaciones de los distintos países (internacionalización). Están obligados a cooperar en la construcción de potentes unidades políticas, económicas y sociales democráticas que impongan normas de conducta a los poderes de los mercados globalizadores.
Chema nos habla del internacionalismo como un déficit del actual sindicalismo y de sus bases, pues no crean clase obrera internacional. Cierto. Por ello es preciso que la acción sindical tenga hoy como banderas el internacionalismo sindical, la solidaridad, la justicia y la sostenibilidad, para que crezca el movimiento sindical global, fuerte y democrático.
Alejandro.

luismi dijo...

Quiero exponer una idea que también deja traslucir Chema Berro entre líneas, es la siguiente. El principal eje de dominio del sistema en las relaciones sociales, desde hace algunas décadas, no se da principalmente en la la explotación de la mano de obra, que cada vez la necesita menos para su sistema de producción, sino que se ha trasladado a las relaciones de consumo. Y esta es un aspecto olvidado por la izquierda no sólo sindical si no también política. Es seguramente este eje el que une a la generalidad de la sociedad y por tanto el que podía vertebrar un proceso de toma de conciencia de clase.