Artículo presentado por Manuel Cano, miembro de Articularia
“[...]Trump no cambiará porque tenga un programa oculto
más moderado. No lo tiene. Por no tener no se le conocen ni ideas ni asesores
que las tengan, más allá de las cuatro ideas esquemáticas y eficaces, casi
todas ellas radicales e inquietantes, con las que ha armado la retórica de su
campaña: expulsar inmigrantes, construir vallas en las fronteras, poner
fronteras a la industria y el comercio estadounidense, cuestionar las alianzas
y compromisos internacionales, procurar más por los intereses propios y menos
por los de los aliados y regresar a un pasado idealizado en el que los Estados
Unidos eran grandes y ricos [...]”
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Impresiones desde Articularia
Pese a ser 14 de Febrero, San Valentín el día de los
enamorados, nuestro encuentro no era con ningún sujeto de deseo amoroso.
Habíamos quedado con Donald Trump y su contrarrevolución, tal y como nos proponía Lluís Bassets en el País.
Por tanto, con este tipo de escarceo “poca broma” y mucho menos viendo en él
ninguna flecha de Cupido.
Saludamos y dimos la bienvenida al Club a Amelia,
una nueva compañera proveniente del campo de la docencia. El coordinador
anunció que la presentación de la próxima sesión, la del último día de febrero,
correrá a cargo de María y versará sobre la primera mujer -Mercedes Gaibrois-
académica de la Historia, según relato de la también considerada como la
primera mujer periodista en España, Josefina Carabias. Con todo ello,
anticipamos nuestro homenaje al Día Internacional de la Mujer.
Entrados en harina, Manuel nos enmarcó el debate
aportando la parte más periodística de la biografía del autor, reseñando sobre
todo su fuerte vinculación con el periódico El País. Sobre la temática que
resalta el artículo, nos llevó a considerar cómo, con la presidencia de Donald
Trump, se abre una importante etapa de mucha inseguridad, incertidumbre y una
fuerte desregulación liberalista. También, el presentador nos destacó las
formas autoritarias y ejecutivas -uso y abuso de decretos- con las que, el
mencionado presidente, había iniciado su mandato.
El
debate, de los más animados que desde esta redacción se recuerdan, fue
vibrante. Algunos de los tertulianos criticaban el artículo de Bassets y
defendían la coherencia de Trump, ya que todo lo que estaba haciendo se
correspondía plenamente con lo que él había prometido a lo largo de su campaña
electoral. Por tanto, todas sus decisiones le hacían ser fiel a sí mismo y a
sus votantes y no estaba engañando a nadie. Para otros, la política de Trump,
tal y como recogía el artículo acertádamente, obedecía a una contrarrevolución
conservadora y ultraliberal, consistente en la total desregulación de todo tipo
de mercados para el beneplácito y gran menudeo de las grandes multinacionales
de todo tipo.
Sobre estas ideas estuvimos debatiendo y tratando de
limar asperezas, llegando a considerar una cuestión en la que sí estábamos de
acuerdo todos, la capacidad de respuesta que tiene la democracia americana en
el uso del juego de poderes para, al menos, tener la seguridad de que el
presidente de los Estados Unidos no puede hacer lo que le dé la gana.
Y en esas lides estábamos liados cuando Lidia desde
el altavoz nos dijo “… estimados usuarios son las nueve menos diez, la
biblioteca cierra sus puertas a las nueve, por favor vayan recogiendo...” y,
aún sin acabar el debate nos fuimos,… algunos a ver cómo le metían cuatro goles
al Barça.
Lluís
Bassets i Sánchez (Barcelona, 1950-)
Inició su carrera profesional en diversos diarios
catalanes, entre los que destacan Tele / eXpres y el Diario de Barcelona. Los
últimos años del franquismo y primeros de la transición perteneció al Grupo
Democrático de Periodistas, fue fundador y uno de los editores del boletín
clandestino de la Agencia Popular Informativa y colaboró con nuevas
iniciativas como el semanario gerundense Presencia.
Fue profesor de la Facultad de Ciencias de la
Información (ahora Comunicación) de la Universidad Autónoma de Barcelona en su
época fundacional. En 1980 fundó y dirigió el semanario El Mundo. Perteneció al
núcleo fundador de la edición del diario El País en Cataluña, que comenzó en
1982. En El País ha ejercido como jefe de Cultura, del suplemento Libros, de la
sección de Opinión y también como director de la edición catalana del diario. Como responsable de Cultura, fundó y organizó
en 1982 el suplemento cultural en catalán Cuaderno y como responsable de la
redacción de Barcelona en 2014 la edición digital en catalán elpais.cat.
Actualmente publica sus columnas en la sección
internacional del rotativo y en las llanuras de Opinión de la edición de
Cataluña. Ha publicado varios libros de análisis político y es miembro del
consejo científico del Real Instituto Elcano y del Consejo Europeo de
Relaciones Exteriores. Participa en algunas tertulias de radio y televisión en
programas como 8 al día de 8tv.
5 comentarios:
Hay que reconocer que Trump nos dio muchísimo juego y también que su hija queda mucho más decorativa en el trono que él, pero... yo creo que a la larga se evidenciarán sus limitadas capacidades para ser presidente el de los Estados Unidos.
La razón por la que Donald Trump puede llevar a cabo sus ideas es porque la mayoría de los ciudadanos norteamericanos le ha dado el poder, eligiéndole Presidente. No podemos evitar que en la sociedad haya personas dañinas a nuestros intereses, lo que sí podemos evitar es elegirlas para que nos representen. Y aquí es donde entra nuestra responsabilidad como votantes.
Creo sinceramente que no damos a la política la importancia que se merece ni le dedicamos el tiempo suficiente, no nos informamos adecuadamente y no contrastamos los diferentes puntos de vista; esto supone tiempo e implicación y preferimos dedicarlo a otras cosas. En este sentido sería interesante plantearnos el sistema de votación que nos hemos dado, porque como plantea el filósofo político Jason Brennan en su último libro se da el mismo peso al voto de una persona completamente desinformada que al de una informada. Haciendo de esta manera demasiado vulnerable el sistema a la manipulación por parte de los profesionales en el arte del engaño.
Introduciendo algo, si que quiere anecdótico, me atrevo a hacer referencia a una imagen que me impactó el día del discurso de la victoria de Trump. Es la imagen que se ha repetido en torno a su séquito familiar y en concreto a ese mozalbete rubio platino (su hijo).
Hay algo que chirría, ese comportamiento, acomplejado, o cuanto menos mediatizado.
Es necesario someterle a esa presión?. A veces, pienso si ese muchacho no será sino el reflejo de millones de personas que nos vemos del mismo modo ante la figura del todopoderoso personaje?.
El debate estuvo a la altura del impacto causado por el resultado de las elecciones en EEUU. La personalidad del nuevo Presidente ha llenado de incertidumbre el futuro próximo: ¿cómo va a desarrollar las promesas realizadas en la campaña electoral, cómo va a plasmar el nacionalismo, el proteccionismo, el revisionismo de las políticas, la nueva regulación en el ámbito económico, la política migratoria, etc.? Parece que D. Trump ha anunciado cambios importantes, y que estos pueden revertir en gran medida la situación global del mundo, lo que puede provocar la aparición de ventanas de oportunidad para otros actores políticos. Pero la pregunta que planeó a lo largo del debate creo que fue: ¿será EEUU con D. Trump en la presidencia capaz de ayudar a crear un orden internacional asentado en el progreso de los pueblos y en la democracia?
No lo creo amigo anónimo, por que el concepto de democracia del Sr. Trump no se asemeja al de gran parte de la población.
Lo que si que parece es que el devenir de la Humanidad, no puede abstraerse a los propios movimientos del planeta, es decir, rotación y traslación.
Rotar como rotan las ideas, en su sube y baja, lo que ahora está en alza, mañana estará a la baja. Y traslación, creyendo que avanzamos para transcurrido un periodo de tiempo nos encontremos en el mismo sitio. Eso si, con la variable tiempo modificada.
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