“Fui también á ver á Lerroux, porque
su presencia me alegra la vista […]. No conozco orador que discursee
familiarmente con tanta facilidad. Es la suya una palabra ágil, flexible,
insinuante, cálida y aterciopelada... Es una palabra que corre, susurrando,
como el agua de un arroyuelo por entre praderas de flores matizadas. ¡Y
acompañándola, jaleándola, la picardía de los ojos, siempre reidores!.”
Artículo presentado por María García, miembro de Articularia
Impresiones de la sesión
Lo primero de
todo, una amonestación al coordinador por el equívoco horario, que motivó que
algunos tertulianos esperaran media hora al haber comentado en charlas
anteriores que se podía iniciar la sesión a las siete en vez de a las siete y
media. Desde Articularia, por tanto pedimos disculpas a María, a Rosa y a José,
por la espera y un tirón de orejas a Luismi por la imprecisión en la
información horaria. De momento, y hasta nuevo aviso, seguimos con el mismo
horario martes alternos cada 15 días a las 7.30 horas. Nuestra próxima sesión
será el día 17 de Enero a la hora señalada justo encima de esta línea. La misma
versará sobre el artículo de Enrique Vila-Matas “Pensar sin represión”.
Entrando en el devenir de la Sesión, María nos hizo un entusiasmado recorrido
biográfico por la vibrante dinámica existencial de Luis Bonafoux Quintero, por su acerada pluma que usaba
como arma punzante contra sus numerosos enemigos y era de los que no dudaba en
llegar a un duelo por una polémica de expresión gramatical o de estilo
literario. También insistió en que fue un leal amigo de sus amigos: Este fue el
caso de su relación con Alejandro Lerroux –protagonista del artículo debatido-
conocido como el “Emperador de la Paralelo”. La verdad es que esta relación,
entre un ácrata existencial y un exacerbado populista, nos rechinó a todos
bastante, pero nos imaginamos que tuvo motivo para mantenerla e incluso estar
orgulloso de ella.
Y sin más nos
llegó la hora.
En: "Los españoles en París", de Luis Bonafoux. París, 1914
Luis Bonafoux
Quintero (Saint Loubez, Burdeos, 1855 – Londres, 1918)
También
conocido como “La Víbora de Asnières”,
hijo de un francés y una venezolana que finalmente fijaron su residencia en
Puerto Rico, en esta isla estudió el muchacho el bachillerato. Con quince años
su padre le embarcó para España para que cursara en Madrid la carrera de
Medicina; se decidió, sin embargo, por estudiar Leyes, materia en la que más
tarde se licenció en Salamanca.
Fue un
polemista incansable y anticlerical. Como escribió su amigo José del Río Sainz:
“Sentía la obsesión de las cumbres, y
allí donde se elevaban, allí iba a herirlas: reyes, príncipes, prestigios de
las letras, de la política o de las artes, todo lo que sobresalía tenía en él
un implacable censor.”
Fundó
periódicos como El Español y El Intransigente; fue redactor de El Globo y El Resumen, corresponsal de Heraldo
de Madrid y colaboró en otros muchos como El Liberal, La Unión, El Mundo Moderno (1879-1880)... Un artículo
magnífico, "El carnaval en las
Antillas", motivó que le expulsaran de Puerto Rico, lugar donde
residió bastante tiempo, pues en efecto, fuera de ser uno de los más certeros
críticos de la situación política española, era un profundo conocedor de los
problemas antillanos. También fue crítico literario, en cuya labor sostuvo una
larga polémica con Leopoldo Alas, "Clarín", al que acusó de plagiario
de la Madame Bovary de Gustave
Flaubert en su La Regenta.
Animamos a participar a todo el que quiera dejar sus comentarios sobre este artículo
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