jueves, 22 de diciembre de 2016

“Lerroux”, de Luis Bonafoux Quintero

“Fui también á ver á Lerroux, porque su presencia me alegra la vista […]. No conozco orador que discursee familiarmente con tanta facilidad. Es la suya una palabra ágil, flexible, insinuante, cálida y aterciopelada... Es una palabra que corre, susurrando, como el agua de un arroyuelo por entre praderas de flores matizadas. ¡Y acompañándola, jaleándola, la picardía de los ojos, siempre reidores!.”

 “Lerroux es en la buena acepción de la palabra, un gran tunante, muy simpático, del cual sí que se puede decir que se las trae. ¡ Es muy largo!... ¡Sabe mucho!... Y su ciencia de la vida no la aprendió en los libros.”

Artículo presentado por María García, miembro de Articularia



Impresiones de la sesión

Lo primero de todo, una amonestación al coordinador por el equívoco horario, que motivó que algunos tertulianos esperaran media hora al haber comentado en charlas anteriores que se podía iniciar la sesión a las siete en vez de a las siete y media. Desde Articularia, por tanto pedimos disculpas a María, a Rosa y a José, por la espera y un tirón de orejas a Luismi por la imprecisión en la información horaria. De momento, y hasta nuevo aviso, seguimos con el mismo horario martes alternos cada 15 días a las 7.30 horas. Nuestra próxima sesión será el día 17 de Enero a la hora señalada justo encima de esta línea. La misma versará sobre el artículo de Enrique Vila-Matas “Pensar sin represión”.

Entrando en el devenir de la Sesión, María nos hizo un entusiasmado recorrido biográfico por la vibrante dinámica existencial de Luis Bonafoux Quintero, por su acerada pluma que usaba como arma punzante contra sus numerosos enemigos y era de los que no dudaba en llegar a un duelo por una polémica de expresión gramatical o de estilo literario. También insistió en que fue un leal amigo de sus amigos: Este fue el caso de su relación con Alejandro Lerroux –protagonista del artículo debatido- conocido como el “Emperador de la Paralelo”. La verdad es que esta relación, entre un ácrata existencial y un exacerbado populista, nos rechinó a todos bastante, pero nos imaginamos que tuvo motivo para mantenerla e incluso estar orgulloso de ella.

Y sin más nos llegó la hora.

En: "Los españoles en París", de Luis Bonafoux. París, 1914

Luis Bonafoux Quintero (Saint Loubez, Burdeos, 1855 – Londres, 1918)

También conocido como “La Víbora de Asnières”, hijo de un francés y una venezolana que finalmente fijaron su residencia en Puerto Rico, en esta isla estudió el muchacho el bachillerato. Con quince años su padre le embarcó para España para que cursara en Madrid la carrera de Medicina; se decidió, sin embargo, por estudiar Leyes, materia en la que más tarde se licenció en Salamanca.

Fue un polemista incansable y anticlerical. Como escribió su amigo José del Río Sainz: “Sentía la obsesión de las cumbres, y allí donde se elevaban, allí iba a herirlas: reyes, príncipes, prestigios de las letras, de la política o de las artes, todo lo que sobresalía tenía en él un implacable censor.”

Fundó periódicos como El Español y El Intransigente; fue redactor de El Globo y El Resumen, corresponsal de Heraldo de Madrid y colaboró en otros muchos como El Liberal, La Unión, El Mundo Moderno (1879-1880)... Un artículo magnífico, "El carnaval en las Antillas", motivó que le expulsaran de Puerto Rico, lugar donde residió bastante tiempo, pues en efecto, fuera de ser uno de los más certeros críticos de la situación política española, era un profundo conocedor de los problemas antillanos. También fue crítico literario, en cuya labor sostuvo una larga polémica con Leopoldo Alas, "Clarín", al que acusó de plagiario de la Madame Bovary de Gustave Flaubert en su La Regenta.

Animamos a participar a todo el que quiera dejar sus comentarios sobre este artículo

                                                                                             
A r t i c u l a r i a

No hay comentarios: