miércoles, 25 de mayo de 2016

“Tres lecciones de Salamanca a España”, de Joaquín Costa

“El problema fundamental nuestro a la hora de ahora, y desde hace largos años —siglos quizá—, puede encerrarse en esta fórmula: «Nivelarnos con Europa, en lo físico lo mismo que en lo espiritual; que el español se eleve de la condición de avasallado a la dignidad de hombre, que alcance la plenitud de la libertad, así política como moral, o dicho de otro modo: que deje de padecer hambre, hambre de pan, hambre de instrucción, hambre de justicia, estos tres coeficientes necesarios de la libertad.». Entre los problemas particulares (…) reclaman (…) inmediata solución los tres siguientes: el problema social agrario; el problema de la renovación de nuestro ambiente intelectual, técnico, científico y pedagógico; y el problema de la reorganización del Estado.”









Joaquín Costa Martínez (Monzón, 1846 - Graus, 1911)
Fue un político, jurista, economista e historiador español, el mayor representante del movimiento intelectual decimonónico conocido como regeneracionismo, con sus conocidos lemas «escuela y despensa» y «doble llave al sepulcro del Cid para que no vuelva a cabalgar»
Hijo de Joaquín Costa Larrégola, pequeño propietario rural, y de María Martínez Gil,a los pocos años de edad se traslada a Graus, iniciando sus primeros estudios en la cátedra de Latinidad de Graus. Trabajó y estudió en Huesca —bachillerato y título de maestro superior— y Madrid, donde se doctora en Derecho civil y canónico (1872) y en Filosofía y Letras (1873). Escribe La vida del Derecho (1876)9 y fue profesor auxiliar en la Universidad Central, cargo al que renuncia en protesta por la política educativa de la Restauración junto a Francisco Giner de los Ríos y otros miembros de la Institución Libre de Enseñanza. 
Sus humildes orígenes le inclinan a la política; estudia particularmente las raíces populares del derecho consuetudinario español y el mundo rural al participar en los Congresos de Agricultores y Ganaderos (1880–1881). La intensa labor geográfica desarrollada durante estos años (1882-1887), tiene como objetivo incorporar a España a las políticas de expansión y al “espíritu civilizador que agita a todas las naciones europeas”.
Una distrofia muscular progresiva a empezó a manifestarse en el brazo derecho a la edad de veintiún años, le recluye en el amado y familiar Graus (Huesca), desde donde a pesar de todo organiza a la Liga de Contribuyentes de Ribagorza que deriva en movimiento político de inclinaciones sociales. Su fracaso político le radicaliza verbalmente, acercándose en sus últimos años al socialismo. Su muerte provocó una gran convulsión nacional, y se le enterró en el cementerio de Torrero de Zaragoza.

Intituto de Estudios de Administración Local. Ed. a cargo de S. Martín-Retortillo y Bacquer

Impresiones de la sesión...
Qué buen saborcillo nos quedó de la reunión de ayer. Quizás porque tuvimos un lleno absoluto -necesitamos sillas-, quizás porque con Costa trabajamos sobre seguro, quizás porque nosotros, como señala acertadamente María, somos especialmente belicosos y necesitamos poco para tener montado en muy poco tiempo un ardoroso debate, quizás... El caso es que se nos echó el tiempo encima y apenas habíamos entrado en el tema.
Manuel, ponente del día, nos hizo una aclaratoria semblanza biográfica del autor y reseño los tres temas tan delimitados por Costa en el suelto "Tres lecciones de Salamanca a España".
El primero de ellos, sobre "el problema social agrario" se vio cómo superado en la España actual, al no ser el país de las penurias y las hambrunas de la época del autor; aunque también se reconoció la existencia de otro tipo de problemas sociales.
En cuanto al segundo de los temas, el "de la renovación del ambiente intelectual español" se consideró como el que más nos podía aportar; ya que, por un lado nos centró en la importante faceta de Costa como autor que aportaba soluciones a los problemas y, por otra, nos permitió considerar su idea de mandar becados al extranjero para preparar todo tipo de profesionales y recuperarlos útiles para el país. Idea ésta que algunos relacionaron, no sin razón, con el programa "Erasmus".
Como no podía ser de otro modo, el tercero de los temas, "la reorganización del Estado", también se consideró de la máxima actualidad, aunque, quizás por haberla tocado ya en anteriores sesiones no entramos de lleno en él.
Y como siempre, se nos terminó el tiempo y tuvimos que repartir los cinco últimos minutos, que nos dejaron desde el altavoz, entre los muchos que a última hora querían dejar en el aire su última frase.
                                                                                                                                 Luismi
Comenzó la sesión con mayor número de asistentes hasta la fecha; dedicada al regeneracionista aragonés Joaquín Costa.
En el artículo Costa señala el desfase que existía entre Europa y España en el siglo XIX. Fundamentándolo en tres problemas: El problema social agrario; la falta de ambiente intelectual en España y la reorganización del estado.
Sobre el primer problema se llegó a la conclusión de que en la actualidad ha perdido vigencia, ya que la población activa agraria es escasa. Pero que en la actualidad ese problema podía ser el paro.
El segundo problema que fue el menos tratado se consideró que ha cambiado mucho la preparación intelectual española en la actualidad a nivel general con respecto a la del siglo XIX. Sin tener que envidiar nada a Europa.
En lo concerniente al tercer problema fue la falta de cumplimiento de las leyes lo que ocasionaba el retraso, pues había leyes técnicamente perfectas (Ley de procedimiento administrativo y ley electoral), según indicaron algunos expertos en la materia. Se señaló que ese problema sigue existiendo en la actualidad donde hay leyes que no se cumplen y no pasa nada.
                                                                                                                           José Ángel
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2 comentarios:

César dijo...

Es importante resaltar que cuando J. Costa habla de que España deje de padecer hambre, no sólo se refiere a hambre de pan, sino también de instrucción y de justicia. Su constante preocupación era España, y por eso se dedicó a estudiar su pasado, enaltecer sus glorias, señalar su decadencia y sobre todo proponer soluciones, en lugar, como otros, de limitarse a destacar únicamente los males existentes. Y es en la propuesta de soluciones donde destaca su figura, criticadas por unos y ensalzadas por otros. En la europeización que él propone me llaman la atención sus dos objetivos esenciales: la “escuela” y la “despensa”. En la primera me parece muy acertado crear colegios españoles en las principales capitales de Europa, costeando la salida de profesores y alumnos españoles y así levantar el nivel intelectual de nuestro país. Cuando habla de “despensa” se refiere a mejorar la economía, esencialmente las condiciones de vida de las clases más humildes, y propone medidas que en Europa han permitido una mejor calidad de vida para los más desfavorecidos; las incluidas en el punto de del problema social agrario merece la pena tenerlas en consideración, especialmente la relativa a la posesión colectiva de las tierras de un término municipal y su reparto entre los vecinos.

luismi dijo...

Es evidente que sus ideas, sus actitudes y las soluciones que aporta como "regeneracionista", así como la preocupación que muestra por los desajustes estructurales que relegan a la España de su tiempo a ser un país atrasado con respecto a la Europa occidental (Francia, Inglaterra, Alemania,...), señalan a Joaquín Costa como un claro precedente de la Generación del 98.