Jasón, esposo de Medea, se promete en matrimonio a Glauce , hija del rey Creonte de Corinto, ante el espanto
de Medea, que ve su lecho deshonrado. Creonte, que había planeado el matrimonio,
ante el temor de que Medea, sabia y hábil, se vengue, ordena su destierro
inmediato. Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir
al destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar unos presentes a Glauce: una
corona de oro y un peplo que
causan la muerte por el simple contacto. Glauce muere de forma horrible: Tras
perpetrar ese horrible asesinato, Medea mata a sus propios hijos.
Según los
críticos, es una de las mejores obras de Eurípides. Eurípides alza la figura
femenina de forma extraordinaria. Medea es formidable, sabia, fuerte, hábil,
luchadora y por ello es amada por unos, pero respetada y temida por todos.
Eurípides (Grecia,
480-406 a.C)
Dramaturgo
griego, el tercero junto con Esquilo y Sófocles de los tres grandes poetas
trágicos de Ática. Su obra, enormemente popular en su época, ejerció una
influencia notable en el teatro romano. Además de sus escritos se interesó por
la filosofía y la ciencia y, si bien, no se identificó con una determinada escuela filosófica,
recibió la influencia de los sofistas y de filósofos como Protágoras,
Anaxágoras y Sócrates. Las obras de Eurípides eran criticadas por su carácter
anticonvencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes hablaban
un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y
religiosos tradicionales. Representaba los nuevos movimientos morales, sociales
y políticos surgidos en Atenas hacia finales del siglo V a.C. Se interesó por
el pensamiento y las experiencias del ser humano ordinario, más que por las
figuras legendarias del pasado heroico. Era capaz de demostrar la corrupción y
la debilidad humana con amargura y hondo realismo, y al mismo tiempo de reflejar
en sus obras un profundo respeto por el heroísmo humano, la dignidad y la
pasión. Eurípides asignó un lugar destacado en su obra a los personajes
femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del
crimen o la virtud.
La estructura de sus obras se ha tachado a menudo de imperfecta por el
uso del coro como un elemento independiente de la acción, por los brillantes
episodios inconexos, por el uso del prólogo explicativo en el que pone en
conocimiento de los espectadores sucesos anteriores al comienzo de la obra y a
menudo esboza también los acontecimientos
futuros. Otro de sus recursos eran el deus ex machina, o introducción
inesperada de un dios para facilitar o provocar el desenlace, y la alteración
de las leyendas en función de las necesidades de la trama.
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