lunes, 20 de octubre de 2014

"Lo que el día debe a la noche" de Yasmina Khadra


Younes no tiene más que nueve años cuando su padre, arruinado por un especulador pierde todas sus tierras. 
Totalmente agobiado, resuelve confiar el niño a su hermano, un farmacéutico integrado en la comunidad occidental de Orán. Los ojos azules de Younes y su aspecto angelical ayudan al chico a ser aceptado por la clase acomodada de la población.
 Su nombre ahora es Jonás y crece entre jóvenes colonos de los que se hace amigo inseparable. Descubrirá con ellos las alegrías de una existencia privilegiada que ni la segunda guerra mundial ni las convulsiones de un nacionalismo árabe en plena expansión pueden perturbar.


Yasmina Khadra  (Kednasa, Argelia, 1955- )

Bajo el pseudónimo de Yasmina Khadra se esconde el escritor argelino nacido en Kednasa en 1955 Mohammed Moulessehoul. Las obras de Khadra están escritas en francés. Cursó sus estudios en la Escuela Nacional de los Cadetes de la Revolución, compaginando su formación como militar, y su posterior inclusión en el ejército, con la literatura. Su primera novela, Houria, escrita a principios de 1973, no fue publicada hasta 1984. Tras seis novelas escritas con su nombre real, decide en 1989 publicar con el pseudónimo de Yasmina Khadra, fundamentalmente para poner fin a la autocensura que se había impuesto debido a la delicada situación política de su país y a su posición dentro del ejército
En 1997 publica la que será la novela que le catapulta a la fama, Morituri. En 2000, y con el grado de comandante, abandona el ejército argelino para dedicarse por completo a la literatura. Al desvelarse su verdadera identidad y su pertenencia a unas fuerzas militares criticadas en toda  Europa desemboca en polémica, especialmente en Francia, en donde Yasmina Khadra se había convertido en el paradigma de mujer civil argelina envuelta en una situación social inaceptable.

El loco del bisturí, Morituri, Los corderos del Señor, Doble blanco, El otoño de las quimeras, El escritor, La impostura de las palabras, Las golondrinas de Kabul y Las sirenas de Bagdad son algunos de los títulos que forman parte de la extensa producción literaria de este autor que prefirió adoptar una identidad femenina para cautivar a los lectores. 

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