martes, 30 de septiembre de 2025

"San Manuel Bueno, mártir" de Miguel de Unamuno


 .Organizada sobre tres ejes temáticos —el problema de la fe, la verdad y el destino del hombre tras la muerte—, San Manuel Bueno, mártir es la culminación del arte narrativo de Unamuno. Su diversidad de perspectivas, la buscada confusión entre sueño y vigilia, entre realidad y ficción, anuncian algunos de los rasgos configuradores de la novela moderna.

San Manuel es considerado por sus vecinos como todo un ejemplo de devoción y servicio a la Iglesia. Sin embargo, tras la fachada de santidad que presenta ante la comunidad, el sacerdote lucha en secreto contra la pérdida de su fe. Así, San Manuel finge creer en Dios para salvar a sus feligreses de la desolación que él mismo padece.

Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936)

Licenciado en Filosofía y Letras, comenzó a trabajar como profesor en 1883 mientras colaboraba en diversas revistas. Tras una temporada en Europa, Unamuno volvió a España, donde fue nombrado rector en la Universidad de Salamanca.

De tendencias políticas socialistas y republicanas, sufrió repetidamente el boicot de grupos conservadores. Bajo la dictadura de Primo de Rivera fue desterrado a Fuerteventura para, posteriormente, exiliarse en París hasta la caída del régimen militar.

Tras la proclamación de la III República, en la que juega un papel importante, decide alejarse del mundo político, visiblemente decepcionado tras cumplir una primera legislatura como diputado independiente.

Durante la Guerra Civil española toma partido por el bando golpista, pero tras su primera defensa del alzamiento llegó una tremenda decepción y arrepentimiento al comprobar la purga política y los fusilamientos, algunos de gente cercana a Unamuno, que ejecutó el bando franquista.

Tras una conocida discusión pública con Millán Astray, en la que le espetó su famoso "Venceréis, pero no convenceréis", Unamuno acabó sus días recluido en su propia casa, sumido en una gran depresión y soledad.

En su obra se aprecia claramente el espíritu de la Generación del 98 y su "Me duele España", el lamento más utilizado por los intelectuales de fin de siglo para hablar de la torpe evolución de una España a caballo entre viejas glorias y nuevas miserias. 

El eje de su obra, sobre todo en el tramo final, es la disyuntiva entre su racionalismo por un lado y su necesidad de creer en un Dios superior, en una bondad suprema, quizá en un último sentido a la existencia. De sus ensayos cabe destacar Del sentimiento trágico de la vida (1913), y en narrativa Niebla (1914) y San Manuel Bueno, mártir (1933) puede que sean sus mejores y más conocidos trabajos.

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