martes, 31 de enero de 2017

“¿En qué creen los que no creen?..." de Umberto Eco

El libro presenta un interesantísimo diálogo epistolar entre el filósofo Umberto Eco y el Arzobispo Emérito de Milán, Carlo María Martini seguido de un “coro” de intelectuales italianos de reconocido prestigio. La premisa del intercambio, publicado por la revista Liberal a partir de marzo de 1995, es la reflexión sobre los principales claroscuros que se abren ante el Hombre en estos tiempos de cambio y duda desde la perspectiva de quienes ven una trascendencia en la vida y en los actos y de quienes, partiendo de otras premisas, se esfuerzan por encontrar motivos para la Esperanza y para no morir en la apatía frente a un televisor, incapaces de tomar partido, en palabras de Umberto Eco.

Para el autor, el diálogo entre el mundo laico y el mundo católico, para encontrar puntos comunes, debe darse sobre todo en torno a asuntos éticos. La ética propuesta por Eco se sostiene en lo que llama “ética del reconocimiento de la importancia de los demás”. Martini le responde en la última carta que reconoce que en la ética hay una confluencia, pero que la ética no alcanza para dar sentido a la existencia humana, y debe abrirse a la existencia de la verdad.

Umberco Eco (Alessandria, 1932 - Milán, 2016)

Escritor, filósofo y profesor de universidad. Autor de numerosos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de varias novelas. “El nombre  de la rosa” es la más universal.

Su obra es extensa y el último libro publicado es póstumo. “De la estupidez a la locura” publicado en 2016, donde recopila artículos publicados en prensa seleccionados por él mismo antes de su fallecimiento.

Reconocido ateo, en varios puntos de su vida se interrogó, y fue interrogado sobre su relación con la fe. Se mostró abierto al diálogo con la fe que se concretó en el libro que leemos.


Club de ensayo “Preludio” (Reunión del día 24 de enero de 2017)

¿Cuál es la referencia de comportamiento de un creyente? Dios, a través de la fe.

¿Cuál es la referencia de comportamiento de un no creyente? La razón.

El comportamiento ético común a ambos es hacer el BIEN. Su objetivo es superar el horizonte personal y buscar el bienestar de los demás. Todo el comportamiento ético del hombre es una mirada a los demás, llevando implícitas las relaciones de convivencia y buscar el bienestar de los demás.

El fundamento religioso está asociado a la esperanza de una vida en el más allá. Pero ¿el ideal religioso conlleva un comportamiento ético? ¿Si no hubiera la esperanza del paraíso existiría una ética cristiana?

¿Para normalizar las leyes de convivencia se necesita un más allá?  ¿Esta búsqueda de trascendencia es connatural para explicar nuestra finitud? O planteado de otra manera ¿un intento de superar la individualidad y limitación de cada persona es reconocerse en el otro y en el TODO o lo ABSOLUTO?

 Se busca un SENTIDO a la existencia, sin él el individuo está perdido. Viktor Frankl lo encontraba a través de VALORES: estéticos, actitudinales, creativos…

La sociedades se van haciendo más complejas, los dioses variados. No únicamente los tradicionales, la tecnología, el dinero son dioses que nos acompañan hoy. Lo que subyace es una necesidad de diálogo que busque un entendimiento que preserve y promueva valores superiores.


Animamos a participar a todo el que quiera dejar sus comentarios sobre este ensayo

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