Ismael está bloqueado. Lleva dos años intentando escribir su próxima novela, pero no consigue producir más que borradores sin vida, y no llega a los plazos acordados con su editor. Se cuestiona todo lo que escribe, algo que no le había ocurrido nunca. Su situación se complica el día en que su madre tiene un accidente e Ismael se ve obligado a pasar todas las tardes con su padre para cuidar de él. Esas horas lo transportarán de golpe a un momento que quedó congelado en su infancia y que Ismael ha mantenido oculto hasta ahora entre sus recuerdos.
Jasone es la primera
lectora y correctora de los textos de su marido. Desde hace años vive dedicada
a su familia, y aunque ella también escribía de joven, lo dejó. En este último
año se ha quedado por las noches frente al ordenador, y a escondidas ha comenzado
a crear de nuevo.
Su trayectoria literaria
abarca novelas, relatos e incluso poesía. Es autora de tres libros de relatos,
el último de ellos No soy yo (Destino, 2022), uno de poesía y cuatro
novelas: Las manos de mi madre (2008), que recibió numerosos premios,
fue adaptada al cine por Mireia Gabilondo, ha sido traducida a varios idiomas y
su versión inglesa fue premiada con el English Pen Translates Award en 2018; Música
en el aire (2013), La casa del padre (Destino, 2020), con la que
cosechó un gran éxito de crítica y público y fue galardonada con el Premio
Euskadi de Literatura y los premios a Mejor libro en euskera del año por la
Asociación de Librerías de Navarra y por la 111 Akademia y Amor capital
(2024).
Sus relatos, por otra parte,
han sido adaptados al teatro y se seleccionaron para la antología Best
European Fiction 2017 (Dalkey Archive Press, 2017) y The Penguin book of
Spanish short stories (Penguin Classics, 2021).
Ha sido reconocida por la
opinión pública en numerosas ocasiones, recibiendo los premios Euskadi de Plata
y la distinción Beterriko Liburua en 2006 y Zazpi Kale en 2007.

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