.
Una antología que reivindica la voz de diecisiete autoras decisivas para la historia de la literatura española.Libros
como este no deberían existir. Publicar una antología como un ajuste de cuentas
con la Historia es la prueba de que algo no ha funcionado bien. Contra la
exclusión histórica y deliberada a la que fueron sometidas durante un siglo las
poetas que escribieron en torno a la Generación del 27, se ha elaborado esta
selección y este estudio que, además de las cinco autoras mejor atendidas por
la crítica —Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, Carmen Conde, Rosa Chacel
y Josefina de la Torre— incluye a doce mujeres que, con sus obras —y con sus
vidas, por qué no—, hicieron de la Edad de Plata de la poesía española un
periodo que, sin ellas, jamás hubiera alcanzado la luz que lo enaltece.
El
escritor, poeta y ensayista José Luis Ferris, ha preparado esta brillante y
reveladora antología con el propósito de contribuir al rescate y la restitución
de la vida y la obra de diecisiete poetas que protagonizaron la cultura del
primer tercio del siglo XX; diecisiete autoras que formaron parte del tejido de
esa época, que se desenvolvieron con naturalidad entre los compañeros de su
generación y que, sin embargo, fueron borradas del tiempo, del recuerdo y del
derecho a existir y a ser memoria.
Muchas
de ellas participaron en tertulias, trabaron colaboraciones literarias,
«convivieron, en apariencia, de igual a igual» con los escritores varones,
aunque para muchos de ellos «nunca faltaron prejuicios».
Pero
sus nombres rara vez se incluyen en unas enumeraciones durante años reservadas
a los varones: García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Luis Cernuda,
Vicente Aleixandre, Jorge Guillén...
Más
allá de estos puntos suspensivos se podrían añadir los nombres de Lucía Sánchez
Saornil, María Luisa Muñoz de Buendía, María Cegarra, Margarita Ferreras,
Cristina de Arteaga, Elisabeth Mulder, María Teresa Roca de Togores, María
Teresa León, Ana María Martínez Sagi, Marina Romero, Josefina Romo Arregui y
Manuela López García.
«No
debería existir una antología de mujeres por las mismas razones por las que no
se elaboran ni publican antologías de hombres. Lo deseable e históricamente
cabal habría sido incluir, sin ningún prejuicio, desde el minuto cero, a las
escritoras que habían cosechado un éxito y un reconocimiento señalado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario