Pieza básica en el edificio de la obra de Dostoyevski, conteniendo absolutamente todas las características de sus novelas más famosas, esto es, morbosidad, dramatismo, tensión casi intolerable, agresividad y revelación punzante y sutil de estados anímicos vividos y superados por el genial escritor.
Dos pasiones principales
campean en este libro: la del juego, que envenenó al propio autor, hasta pocos
años antes de morir, de
hecho fue escrito para saldar sus deudas de ludopatía y la de un amor hecho de
humillaciones, equívocos, odios y abnegación quijotesca.
Obra de plena madurez por la reciedumbre de la trama y el trazado de sus personajes atormentados y complejos.
Fiódor Dostoyevski (Moscú, 1821-San Petersburgo, 1881)
Su vida estuvo
marcada por la adicción al juego y la epilepsia, así como por una serie de
turbulentas historias de amor y su paso por la cárcel.
El escritor
tuvo una infancia difícil, con la muerte prematura de su madre y el difícil
carácter de su padre alcohólico. Fue su padre quien le envió a la Escuela de
Ingenieros de San Petersburgo, pero Dostoievski ya desarrolló su vocación
literaria desde muy joven.
La muerte de su
padre en 1939, asesinado violentamente por un grupo de campesinos, afectó
profundamente a Dostoievski. En 1846 publicó su primer libro: Pobres gentes, una novela epistolar que
le consolidó como un gran retratista de la realidad social de su época.
En 1849,
Dostoievski fue condenado a muerte por colaborar con grupos liberales y
revolucionarios que querían derrocar al zar. Pasó cuatro años en una cárcel en
Siberia y fue indultado minutos antes de la ejecución. La experiencia en
Siberia quedó reflejada en dos de sus novelas: Recuerdos de la casa de los muertos (1861) y Memorias del subsuelo (1864).
Como parte de
su condena tuvo que alistarse en el ejército y pasó unos años en Kazajistán.
Allí conoció a su primera esposa, una viuda con pocos recursos llamada Maria
Dmítrievna Isáieva. Ella inspiró el personaje de Natasha en la novela Humillados y ofendidos.
En 1866
publicó El jugador. Ese mismo
año conoció a Anna Grigorievna Snitkina, una joven taquígrafa que se encargó de
transcribir esta novela. Dostoievski acabó casándose con ella, que se
convertiría en el auténtico amor de su vida.
Arruinado y
lleno de deudas, Dostoievski abandonó Rusia para viajar por Europa junto a su
mujer Anna.
En esa época
escribió dos de sus grandes novelas: Crimen
y Castigo (1866) y El
idiota (1868), que le reportaron gran fama e ingresos, con los que
pudo regresar a Rusia convertido en escritor de éxito. En 1880 publicaría su
última novela: Los hermanos
Karamázov. Dostoievski murió cuatro meses después de su publicación, el 9
de febrero de 1881 en San Petersburgo, cuando solo tenía 60 años.
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