Acerca de la primera y única edición, hasta este momento, de Celia en la revolución dice Andrés Trapiello en su prólogo: «lo que sucedió con (este) libro fue misteriosísimo, un caso único. Apenas publicado, desapareció de las librerías y únicamente en el mercado de viejo ha ido apareciendo desde entonces, con cuentagotas, algún que otro ejemplar, siempre a precios fabulosos, de todo punto infrecuentes en un libro reciente, lo que habla de su carácter excepcional». Libro, por tanto, buscado, rebuscado y perseguido por lectores y coleccionistas de la serie de Celia pero que también, por su calidad, su calidez, su emoción y su justeza histórica y humana, libro que puede cautivar, que cautivará a cualquier lector exigente de literatura y no precisamente infantil. Novela sobre la guerra civil, escrita poco después del fin de la guerra, en 1943, no hay en ella lugar para la distorsión ni la idealización de lo vivido. Estas páginas no solo nos cuentan la vida difícil y llena de peripecias de una adolescente Celia en un Madrid sitiado, entre la supervivencia y la revolución, son también una suerte de crónica autobiográfica de la propia Elena Fortún.
Elena Fortún (Madrid, 1886-1952)
Elena Fortún, seudónimo de Encarnación Aragoneses
Urquijo, nacida en Madrid en 1886, vivió en diversos puntos de España a causa
de los distintos destinos de su marido, Eusebio de Gorbea Lemmi, militar de
profesión, escritor de narrativa y amante del teatro. A causa de la guerra, se
exilian en Argentina de donde ella regresa en 1948.
Creadora de las célebres novelas de Celia, el personaje
infantil más emblemático de la literatura española. Comenzó a publicar las
aventuras de esta niña madrileña que quería ser escritora el año 1928 en el
suplemento infantil Gente Menuda. A través de sus vivencias y las de los
otros protagonistas de la saga (Cuchifritin, Matonkiki, Patita y Mila) Elena
Fortún construyó una fiel crónica de los años más convulsos del siglo XX
español con la visión extraordinaria y fiel de unos personajes que, como su
creadora, nunca terminaron de adaptarse al mundo moderno.
Sus inquietudes intelectuales y la importancia que le
otorgaba a la educación la llevan a formar parte del Lyceum Club, presidido por
María de Maeztu. Allí se relaciona con las mujeres más relevantes de la época:
la escritora María de la O Lejárraga, que tuvo un papel decisivo en la
actividad literaria de Elena Fortún, así como en la aparición del personaje de
Celia; con la grafóloga Matilde Ras a la que llega a considerar "casi como
un ser mítico" y Magda Donato, ambas escritoras de literatura infantil; Victoria
Kent; Zenobia Camprubí; etc.
Muere en 1952 dejando inédita la última novela Celia en la revolución, publicada por primera vez en 1987 y reeditada 30 años después. Parece ser que una parte de su obra se mantiene inédita y desconocida en la actualidad.
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