Julio de 1929. John, «oscuro profesor en una de las
universidades de la ciudad», vuelve en tren a la casa familiar, al pueblo que
dejara hace años. En la estación lo esperan su madre y su hermano Lee, que muy
pronto lo pondrán al día: el pueblo, su pueblo, el lugar del silencio y la paz,
del viento en las calles, de los sonidos de la noche, está a punto de
convertirse en una «gran ciudad».
Todos, incluso su familia, viven embriagados
por la fiebre del boom inmobiliario, de la especulación, que ha sustituido en
todo el país a la antigua fiebre del oro: comprar barato, vender caro, volver a
comprar, y empezar de nuevo.
Thomas Clayton Wolfe
(Asheville, 1900 - Baltimore, 1938)
Fue el más joven de los ocho hijos de William Oliver
Wolfe y Julia Elizabeth Westall. Cursó estudios en las universidades de
Carolina del Norte y de Harvard. Fue profesor de inglés en la Universidad de
Nueva York, entre 1924 y 1930. Su primera novela, El ángel que nos mira (1929), tuvo un éxito inmediato lo que le
permitió dedicarse por entero a la literatura. Esta obra, autobiográfica, tiene
influencias de los novelistas estadounidenses Theodore Dreiser, Sinclair Lewis
y del irlandés James Joyce. La siguiente fue Del tiempo y del río, editada en 1935 y más tarde No se vuelve a casa (1940).
El tema
central de todas las obras es la búsqueda de valores por parte de un joven. Su
escritura se caracteriza por su lirismo y se le ha comparado en ocasiones con
el poeta estadounidense Walt Whitman. A pesar de que se le siguió leyendo, su
obra no resultó ya tan popular entre los jóvenes de la época posterior a la II
Guerra Mundial. Destaca también la colección de relatos De la muerte a la mañana 1935), Historia
de una novela (1936), Las montañas de
más allá (1941), Diario occidental (1951)
y Escribir y morir (1964).
Falleció el 15 de septiembre de 1938, en Baltimore (Maryland) de
neumonía.
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