“Momentos estelares de la humanidad” de Stefan Zweig

Éste es probablemente el libro más famoso de Stefan Zweig. En él lleva a su cima el arte de la miniatura histórica y literaria. 

Muy variados son los acontecimientos que reúne bajo el título de Momentos estelares: el ocaso del imperio de Oriente, en el que la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453 adquiere su signo más visible; la derrota de Napoleón en 1815; el indulto de Dostoievski momentos antes de su ejecución en 1849; el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917... 

«Cada uno de estos momentos estelares-escribe Stefan Zweig con acierto- marca un rumbo durante décadas y siglos», de manera que podemos ver en ellos unos puntos clave de inflexión de la historia, que leemos en estas catorce miniaturas históricas con la fascinación que siempre nos produce Zweig.

Stefan Zweig (Viena, 1888 - Petrópilis (Brasil), 1942)

Hijo de una familia burguesa acomodada. Estudió en su ciudad natal y en Berlín, posteriormente volvió a Viena y se graduó en Filosofía. Siendo estudiante comienza a publicar sus primeros versos aunque éstos no presentan características originales. Más que la literatura le interesan la vida y el mundo, viajando por toda Europa, Asia, África y Norteamérica. Sus viajes le permiten conocer a un gran número de literatos y escuelas. Su contacto con el simbolismo francés le induce a nuevos experimentos estilísticos, comenzando también a traducir a Rimbaud y  Baudelaire.

Su cosmopolitismo se ve sometido a una dura prueba por el primer conflicto bélico mundial; el autor se refugia en Suiza, donde en 1917 hace representar su poema dramático “Jeremías”, en el cual se condena la guerra. Terminada la contienda se establece en Salzburgo, e inicia el periodo más fecundo y brillante de su actividad literaria. En este momento su casa se convierte en punto de reunión de los principales artistas de Europa, desde Thomas Mann a Toscanini.

El año 1934 marca un antes y un después para Stefan Zweig. Decide marcharse de Salzburgo y establecerse en Inglaterra. Pero la situación europea empeora, el espectro de la guerra vuelve a hacerse presente, y su situación familiar es crítica. Por ello, en 1940 emigra a los Estados Unidos para, posteriormente, fijar su residencia en Brasil. En 1942 decide suicidarse junto con su esposa.